viernes, 17 de enero de 2014

¿CUÁNTOS DE TUS PROBLEMAS DE VERDAD SON PROBLEMAS?



Este video es parte de una ONG llamada “WATERisLIFE” que provee agua limpia y potable, campañas médicas y programas de educación en higiene a escuelas y villas en países con bajos recursos.
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Recursos apostólicos:
Hay un fenómeno que es muy común en la actualidad que es el egocentrismo, que significa creer que tu “yo” está en el centro de toda la realidad y se puede expresar con la frase: “Todo gira en torno a mí” y que se deriva en algunas ramas. Una de esas ramas son las famosas quejas absurdas. Es muy común que nos quejemos de problemas que, sinceramente, no lo son. Como el video mismo nos lo muestra: “Odio cuando me olvido el celular cuando voy al baño”, “Odio que mi casa sea tan grande que necesite dos routers para el wifi”, “odio el tráfico”, “odio a la gente que es de tal o cual manera”, etc. Son frases que finalmente terminan siendo de una persona que cree que absolutamente todo debe o tiene que estar en función a mí. Waterislife1
En ese sentido, podemos usar este video como una llamada de atención a la urgencia que tiene el salir de nosotros mismos, dejar de quedarnos en nuestros problemas (que, por cierto, a veces no lo son) y sensibilizarnos ante las necesidades de otro.  Es como salir de ese mundo cerrado y estrecho para abrirnos a un universo de mundos que necesitan ser habitados por otro. Al mismo tiempo, podríamos reflexionar en cómo, al mirar al otro, nos encontramos también con nosotros mismos. Cuando nos enfocamos solamente en nuestros problemas nos parecen gigantes. Sin embargo, cuando asumimos los problemas de otros como nuestros problemas, los nuestros se hacen invisibles, ya que hay otros que dependen de nosotros.
Finalmente, es interesante preguntarnos ¿Por qué debería interesarme el otro? Muchos dicen, que todos somos hermanos, pero ¿De verdad entendemos lo que significa la auténtica hermandad?  ¿Cómo entender que todos somos hermanos, si aún no entendemos que todos tenemos un mismo Padre? El Señor Jesús nos lo enseña así:

“Ya que hay un solo Padre, que es Dios, todos vosotros sois hermanos” (Mt 23, 8-9)


Y podríamos seguir sintetizando esta realidad con las palabras del Papa Francisco: “La fraternidad está enraizada en la paternidad de Dios. No se trata de una paternidad genérica, indiferenciada e históricamente ineficaz, sino de un amor personal, puntual y extraordinariamente concreto de Dios por cada ser humano. Una paternidad, por tanto, que genera eficazmente fraternidad, porque el amor de Dios, cuando es acogido, se convierte en el agente más asombroso de transformación de la existencia y de las relaciones con los otros, abriendo a los hombres a la solidaridad y a la reciprocidad.” 

Fuente catholic-link
 

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