Su familia ha dado testimonio de su alegría, paciencia, fe y esperanza, que se ven probadas por duras intervenciones quirúrgicas que pueden durar hasta 12 horas y tienen riesgos importantes y secuelas, con crisis, ataques epilépticos y otros momentos duros.
La niña ha afrontado todo con buen humor y apoyada por una ola de oración de muchas personas que han seguido su historia, a través del libro “Maki, la sonrisa de un ángel”, escrito por su madre Carmina Coloma Miró, y también a través de una cuenta de Twitter (https://twitter.com/pormacarena) que va desgranando sus éxitos frente a la enfermedad, éxitos que a veces asombran a los médicos, por ejemplo al conseguir volver a caminar. Esta cuenta de Twitter es un alimento espiritual que pone a rezar a muchas personas.
Maki, vestida de princesa en abril de 2014
Ahora, la familia ha publicado un emocionante vídeo de 9 minutos describiendo esta vida a la vez pequeña y grande que le ha tocado vivir a Maki. Son historias que repiten una tónica de esperanza y alegría ante la adversidad, una esperanza que nace de la sonrisa de la niña.
Un ejemplo de lo que viven los que acompañan a Maki lo escribe su tía Null García en su blog personal: «Cuando todos a su alrededor estábamos con un nudo en la garganta porque le estaba dando una crisis grande, ella aguantaba, y cuando terminaba, se ponía a bailar. No ha derramado ni una sola lágrima y todos a su alrededor hemos llorado como niños (bueno, como no todos los niños). Cuando estaba un poco mejor (aunque caminase mal y estuviese medicadísima) quería jugar al escondite, correr por el jardín del hospital y hacía bromas sin parar. En la última fase de la enfermedad las crisis han sido continuas, pero temblándole constantemente la mejilla ella te cogía la cara y te daba besitos sin parar. Ayer fuimos a verla por última vez antes de la operación, y mientras yo estaba muy nerviosa por cómo iba a salir, ella bromeaba haciendo como que me quitaba la nariz y se la comía. Luego me la devolvía, eso sí. Y me preguntaba qué personaje me pedía en la peli de dibujos que estaba viendo. Y hoy, entraba al quirófano abrazada a su osito Lulú con una sonrisa en la cara. Estaba contenta porque la iban a curar».
Maki, tras una de sus peligrosas operaciones
En el libro destaca una escena especial. Escribe la madre: “un día en misa y al llegar la consagración, Maki seguía algo con la mirada fija de un sitio a otro, como viendo algo sobre el altar, y comenzó a decir: ‘¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!’. Yo al verla le pregunté: -‘¿Qué ves, cariño?’. Y Maki contestó con toda normalidad: ‘¡A Jesús, mami!’.
El libro puede adquirirse aquí: el dinero se destina íntegramente al Hospital la Paz para adquirir medios audiovisuales para niños enfermos.
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